Opinión

El cuento de los salarios mínimos

Por Luis Pazos


Un salario mínimo que sirva de referencia para que aumenten todos los salarios es una de las causas de inflación y desempleo, como en México en los años 80 y en Argentina durante muchas décadas, por citar algunos ejemplos. Al convertirse en un aumento generalizado por ley, que afecta todos los niveles de salarios, no solo a los mínimos, pues todos los salarios se manejan al aumentar el mínimo, genera  el despido de quienes no tienen una  productividad mayor a ese salario o que el mayor costo de ese salario se traslade a los consumidores mediante un aumento de precios.

En ningún país del mundo los aumentos de salarios por decreto han incrementado los niveles de vida de la mayoría de los trabajadores. Si eso fuera posible, ya no habría pobres en el mundo, simplemente un gobierno con un poder equiparado al de Jesucristo al multiplicar los panes, podría reducir la pobreza mediante leyes y lograr que milagrosamente aumentaran los salarios.

La única fuente real para elevar los salarios reales de los trabajadores, no solo los nominales, es el incremento de la productividad del trabajador al que se le  aumenta el salario, no la productividad promedio, que es solo un indicador macro. Y para aumentar la productividad es necesario invertir en mejores maquinarias y  capacitación de los candidatos a utilizarlas. Un trabajador  con una máquina o tecnología a su disposición y capacidad de manejarla, son las únicas fuentes estructurales de aumento de salarios.

Todo político, funcionario o candidato que prometa un aumento de salario por ley o decreto, ignora cómo funcionan las leyes y mecanismos económicos  o parte de la premisa de que quienes lo escuchan son ignorantes. Les quiere hacer creer que si él llega a ser  legislador o Presidente los salarios aumentarán. El cuento de los salarios mínimos sirve para ganar votos no para mejorar el nivel de vida de los trabajadores.

Si realmente un político, funcionario o legislador quiere ayudar a elevar los salarios reales, tienen que crear leyes que impulsen la inversión en maquinaria, tecnología y capacitación, que se traduzcan en la creación de empresas que ofrezcan más empleos y mejores salarios. Cualquier política que no genere incentivos para la inversión, la capacitación y una mayor creación de empresas son cuentos chinos, aunque ya no es válido ese dicho, pues los chinos ya no creen en esos cuentos.

Twitter:@luispazos1

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Profesor de Economía Política