Opinión

Más impuestos, único camino para evitar más déficit

Por Luis Pazos


 

Una de las causas de las grandes inflaciones y devaluaciones de los años 70 y 80’s fue el aumento del déficit presupuestal, que en alguno de esos  años superó el 15% del PIB. El actual gobierno arguye que para evitar un incremento desmedido del déficit, que rondará entre 3.5 y 4% en 2014, el mayor en los últimos 20 años, no tuvieron más opción que aumentar impuestos.

La opción más impuestos o más déficit no contempla la tercera alternativa. El planteamiento completo es más déficit, más impuestos o menos gasto. El camino más benéfico para los ciudadanos es el de bajar el gasto. Hay mucha tela de donde cortar del gasto público. Si bien las aportaciones de PEMEX bajaron y hacen necesarios mayores ingresos, tenemos una gran cantidad de gastos que podrían reducirse sin afectar estructuralmente el funcionamiento del gobierno.

En el caso del sistema educativo se desvían todos los años casi el 25% de lo etiquetado como pago a maestros. En el caso de los gobernadores priístas, que le  cobran la factura al Presidente por la ayuda en el 2012 a su campaña, le piden más participaciones para tapar los hoyos que les dejaron sus aportaciones a las elecciones presidenciales y  estar preparados para las del año entrante.

En la mayoría de los estados hay partidas y dinero de deudas millonarias  que no se sabe dónde fueron a parar. En lugar de aumentarles las aportaciones federales deben bajarles por lo menos un 10%, obligarlos a dar cuentas claras a la Federación y veremos como hasta les sobraría.

En el campo, cerca de la mitad del presupuesto asignado a ese sector por diferentes vías, entre ellas los programas de combate a la pobreza, no llega a los campesinos pobres ni apoya producciones eficientes. Se traduce en repartición de prebendas para asegurar el llamado “voto verde”. El presupuesto del campo se podría reducir en 20% y no afectar la producción agraria ni aumentar más la pobreza.

Se optó por el aumento del gasto el 2015  para que los gobernadores, sindicatos y organizaciones campesinas del PRI, tengan suficientes recursos para ganar votos.

Hasta la fecha el gasto público, apoyado en aumentos de impuestos y deuda, no ha incentivado al sector productivo. Hay menos empleos y menos consumo privado. En  2014 la economía apenas alcanzará el 2% de crecimiento. Si el gobierno no rectifica el camino hacia menos gasto y menos impuestos, las expectativas positivas, creadas por la reforma energética, no serán suficientes para lograr mayores crecimientos en lo que resta del sexenio.

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Profesor de Economía Política