Opinión

Demagogia con trabajo infantil

Por Luis Pazos


Uno de los resultados del incremento de la productividad, debido a innovaciones y la acumulación de capital, es que los aumentos de los ingresos reales de uno de los miembros de una familia, generalmente el padre, hace posible que la esposa se dedique al hogar, a cuidar a los hijos y que estos puedan estudiar de tiempo completo.
En familias de altos ingresos muchos hijos empiezan a trabajar a los 23 años porque sus padres les pagan los estudios profesionales. Ojala todos los jóvenes tuvieran esa misma oportunidad, pero muchas familias del campo todavía tienen hijos para contar con más brazos que ayuden a sembrar y levantar las cosechas, pues debido al reparto de tierras y sistema ejidal, no se tecnificó ni capitalizó el campo mexicano.
El trabajo infantil no sé reduce con leyes ni decretos, sino con el aumento de la productividad y de los ingresos de las familias pobres. Considerar por ley trabajo infantil hasta los 15 años no ayuda a evitarlo y tiene efectos contraproducentes pues condena a muchos jóvenes humildes al desempleo y a pasar a formar parte del ejército de los millones de “ninnis”, jóvenes que ni trabajan ni estudian.
Hay que evitar abusos, trabajo sin retribución, la drogadicción y el tráfico sexual de menores, pero aumentar la edad para que no trabajen los jóvenes hasta los 15 años es demagogia o ignorancia de la realidad económica, y dificultarles que se capaciten, orillarlos a la vagancia y a ser presas del crimen organizado.
A mayor pobreza, mayor porcentaje de trabajo infantil, a menor pobreza, aquí y en China, menor porcentaje de niños trabajando. Si queremos menos niños trabajando en el campo mexicano hay que crear las condiciones de seguridad en la propiedad para atraer inversión, empresas, tecnificación y sin necesidad de prohibirlo disminuirá el trabajo infantil.
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Profesor de Economía Política