Jarochos o no…se dio la Antología Bajo Las Palabras y no todos los autores son porteños, pero sí intensos. El fruto está y asimismo como la libertad, textual y contextual e bajo palabra, libertad bajo la palabra de cada uno de los participantes en el libro, cuyo estandarte fue el amor, el desamor, la violencia, los traumas, la imaginación y lo terminal, la muerte como el cobro de aquello llamado vida.
De este modo alumnos del Taller de Creación Literaria conminaron imprimir sus experiencias bajo la batuta de Mónica Lavin, Javier Sicilia como maestros auspiciados por la UV y la UAM.
Prologados, asimismo por la visión experta de Ignacio García hoy tenemos un nuevo referente con ganas de hacer memoria gráfica cuando de transmitir emociones se trata.
Encontrase con el pasado, los buenos o malos momentos, incluyendo los sueños va a ser el planteamiento de varios en la Antología cuya disyuntiva rebasa los propias conductas o aceptaciones de sí mismo como sucede en el relato de Joan Charles Guisado: Un Momento antes o el de la liberación de la carne, si de la piel de la Huga personaje central del relato Mariposas Amarillas de Rosa María Hernández Espejo.
Sueño o premonición invade la narrativa de Gabriela Cárdenas (Un castigo de Dios) el preámbulo maniqueo a la ventura de creer o no en el destino, arriesgarse o no para ser posible la tortura de un sueño o de una vana esperanza como en el relato de Xenia Salazar donde un infortunio desvanece la ilusión de un joven por la no entrega de una carta, o el de la melancolía por seres especiales a la hechura de Crisóforo amantes de la sombra de los árboles como refugio ( cuento de Yamina Palafox) del amor incondicional, fraterno de las circunstancias: Yo siempre te amaré de Helda Ramírez.
Bajo la Palabras también cita los cuentos cortos: Mi Vestido Rojo de Olga María Torres donde la ambigüedad de sentimientos es transparente como la seda de una media y delgado como la falta de cordura de quien puede o no matar a su hijo: La loca de la esquina de Francisco Capetillo.
Quimeras y falacias son las monedas del amor a cambio de la consumación o deberíamos decir comunión pues así es amar,amas A tiempo de Sara Elena Benavides o los rompiendo los cronómetros de las relaciones a ritmo de bolero contigo a la distancia New York tú y yo de Denice Ivonne Meza.
El cuento según la perspectiva de Joaquín Aguirre Romero periodista español y catedrático de la Universidad Complutense en Madrid es una forma natural de contar, atada a la tradición humana por registrar los hechos, pero también es un acontecimiento romántico pues encierra el espíritu de los pueblos. Esto se moderniza con Edgar Allan Poe, el escritor estadounidense armoniza el nudo o asunto central con la reacciones de unidad efecto, para poder estructurar un relato cuya diferencia arquitectónica con la novela no solo es la extensión, pues contar es un verbo engañoso, sino la intensidad.
Y a ello le agregaríamos, contar, contar un compendio engañoso, frágil, de encantador espejismo como el amor, punto esencial en Y fue en ese bar (título Joaquín sabinesco) del cuento de Isis Zavala, espejo roto a lo Borges de memorias flacas.
Espejos confabulados con el agua, pues Bajo las palabras es frontera entre la tierra y el mar, sus criaturas, los mitos, Ondinas en el Espejo de Hurí Barjau.
Tan endeble como los sinsabores de un amor ingrato, donde no hay despedidas, los adioses se pierden en los primeros rayos del sol y se confunden con las últimas copas: Karen Nolasco o en la soledad más lastimera cuyo Patio de Piedra tiene una dueña Angela en el cuento de Aracely Díaz.
Bajo Las Palabras recupera las anécdotas de escuela, de gatos: Kity de Patricia Amador, de familia, relato íntimo de Pablo Figueroa o a usanza de déjame contarte, eje de Guadalupe Moreno en Cuento de papá o de transmutaciones porque no estamos contentos de quienes somos y así a lo Kafka nos convertimos en árboles: Irma Becker.
La guerra también circundó Bajo Las Palabras y a un cofre y a un tal señor Tukus, dentro en la imaginación de Irma García León describiendo un encuentro crucial entre dos destinos.
Bajo Las palabras nos recrea, nos trae recuerdos, pero sobre todo nos afirma y nos firma como seres gráficos, confabulación y ventaja a la premisa polvo eres y en polvo te convertirás.