Opinión

Urgen cambios

Por Ramón de la Peña


Hace poco usted nos comentó Don Ramón que el factor clave para tener una gran movilidad social y económica era el consolidar primero una gran movilidad educativa y que para lograr lo anterior el elemento esencial es el nivel educativo de los papas, en especial el de la mamá.
 

Efectivamente le dije a quien fue mi colega en la administración del municipio de Monterrey, si una mamá no tienen educación solo el dos porciento de sus hijos llega a la universidad, pero si la mamá tiene la educación básica terminada el veintiocho porciento llega a la universidad, catorce veces más.
 

Pero en el mismo estudio se ve, le dije, el cambio en la remuneración económica a medida que la persona avanza en su nivel educativo. La estadística presentada en una investigación realizada por la fundación Espinosa Rugarcía (www.movilidadsocial.org) nos dice que una persona sin educación en promedio gana 2,903 pesos por mes, con primaria terminada gana 4,122 pesos, con secundaria terminada gana 5,354 pesos, con preparatoria terminada gana 6,106 pesos, con licenciatura gana 13,807 y con estudios de posgrado gana 51,891 pesos.
 

Como se puede notar de los números anteriores el cambio en el salario de una persona sin educación a una persona con bachillerato se incrementa en 2.1 veces, mientras que el cambio se incrementa sustancialmente para las personas con licenciatura o maestría.
 

¿Eso explicaría la deserción escolar tan importante que se tiene en secundaría? Tal y como lo comentó la ex directora del Instituto Nacional para la Evaluación Educativa, al decirnos que: El foco rojo del sistema educativo es la secundaría; que actualmente quedan fuera de la secundaría mas de un millón de muchachos entre 12 y 14 años, muchos de ellos futuros nini´s.  
 

¿Eso quiere decir ingeniero que no tiene sentido educar a nuestros hijos más allá de secundaria si no se tiene la posibilidad de que terminen una carrera profesional?
 

Los números así nos lo dicen, por lo que urgen dos nuevos programas: Primero atender el rezago educativo en las mamás de nuestro país, incorporando esta opción en las reglas de operación del programa Oportunidades, o del los nuevos programas del Presidente Peña Nieto. Pues el futuro educativo de los hijos depende del nivel educativo de los papas. Sin olvidar claro la antigua recomendación para tener una vida plena: "Un hombre, para ser completo, ha de plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro", frase que se le atribuye al poeta cubano José Martí.
 

La cual modificare por considerarla incompleta en su mensaje esencial: “Una persona, para ser completa, ha de plantar, cuidar y regar un árbol; Ha de tener, educar, cuidar, y proteger un hijo y escribir un libro y leer muchos más”. Pues casi cualquiera puede tener un hijo, pero transformarlo en un hombre o en una mujer de bien no cualquiera lo puede hacer. 
Añadiría también un cambio importante en los programas educativos en la educación básica y en el bachillerato. Si a un muchacho que terminó la secundaria o el bachillerato se le preguntase ¿Qué sabes hacer? Es muy probable que batalle para destacar alguna de las áreas que le podrían interesar a un posible empleador.
 

Y si así ocurre, las ofertas de trabajo y su remuneración económica que reciben los muchachos son similares independientemente del nivel educativo que tengan.
 

Esto me hace pensar que urge un rediseño de los programas educativos en la educación básica y en el bachillerato para incluir una capacitación para el trabajo, la cual puede ser impartida en los centros de capacitación para el trabajo que ya existen a lo largo y ancho del país. En estos centros, en tres o cuatro meses, nos pueden capacitar a manejar un torno, una fresadora, a cortar el pelo, a afinar un carro, a hacer instalaciones eléctricas básicas, a manejar un trailer o un tractor.
 

Esta necesidad se agudiza al darnos cuenta del número de muchachos y muchachas que abandonan las escuelas sin terminar su secundaria, o que aun terminándola no siguen sus estudios de bachillerato. Lo anterior ha incidido que el 72.1% de los mexicanos mayores de 15 años no hayan terminado su educación básica o el bachillerato y ya no están estudiando (un poco más de 45 millones de mexicanos) lo cual incide en las remuneraciones económicas que reciben: entre 2,903  y 5354 pesos por mes. ¿Qué futuro cree usted, estimado lector, que les espera a los hijos de estos mexicanos?