Opinión

El espiral del silencio

Por Ricardo Homs

De entrada, podemos decir que se está sobrevalorando el valor de las encuestas


Es notorio que la difusión de las encuestas se ha convertido en la principal estrategia para compensar una campaña presidencial ordenada y disciplinada pero desangelada, -como lo es la de Claudia Sheinbaum-, a quien se le percibe reprimida por una camisa de fuerza, que es la búsqueda de la aprobación presidencial.

A diferencia de Xóchitl que se ve auténtica, -con sus aciertos, pero también con sus errores-, la campaña de Claudia Sheinbaum parece que sigue un guión o script que tiene que cumplir para quedar bien con su protector, el presidente.

Por tanto, sus estrategas tienen que proyectar la percepción de triunfo anticipado y para ello vemos que las encuestas se utilizan, -no para conocer el sentir del electorado-, sino para provocar desánimo en los votantes afines a la oposición y así estimular el denominado ”voto útil”, o sea el voto de la “cargada”. Ese que se otorga a favor de quien ya parece tener el triunfo asegurado, para así estar del lado de los ganadores.

Sin embargo, también provocan que otros, -ante la frustración por la derrota anunciada de su candidato favorito-, decidan no votar.

Por ello hoy vemos que las encuestas han dejado de ser un referente de la opinión ciudadana y los partidos políticos las utilizan como medio de promoción y propaganda para inducir la percepción ciudadana hacia sus objetivos.

Por ello el reto de hoy es difundir que la “moneda está en el aire”, pues de aquí al día de la elección, -dentro de dos meses y medio-, pueden suceder muchas cosas, a favor de la candidata oficialista, o de la de la oposición.

De entrada, podemos decir que se está sobrevalorando el valor de las encuestas.

Las encuestas son como una radiografía al día de hoy, pero como las campañas son dinámicas y estamos viviendo en un mundo inestable, seguramente las preferencias electorales se irán moviendo, -en un sentido o en otro-, de un día para el otro.

El segundo aspecto que es necesario considerar es “La espiral del silencio”. Esta teoría surgió en Alemania en 1974 planteada por la politóloga Elisabeth Neumann.

Ella analizó por qué la opinión pública puede manifestarse en un sentido y sin embargo no representar las opiniones del pueblo. A partir de este trabajo muchos estudiosos del tema han analizado el impacto de esta actitud ciudadana en las encuestas políticas y sociales y la posibilidad de que estas herramientas de investigación pública no reflejen la realidad y hasta la distorsionen.

Bajo esta premisa han descubierto un fenómeno que consiste en que el entrevistado da respuestas al entrevistador siguiendo las tendencias públicas del momento, aunque estas no coincidan con su verdadera opinión personal y valores, y menos aún con su intención de voto.

En tiempos de confrontación y crisis el ciudadano entrevistado por desconfianza oculta su verdadera opinión para evitar supuestas represalias o evitar riesgos.

En México el bombardeo de ayudas sociales, -como nunca antes había sucedido-, seguramente genera en los entrevistados temores de que si manifiestan su intención por dar su voto a favor de la candidata de oposición, en venganza puedan retirarle estas prestaciones sociales.

Como el entrevistado no tiene la seguridad de que sus respuestas a los entrevistadores no llegarán a las autoridades de “BIENESTAR”, entonces podrían estar escondiendo su verdadera intención de voto, reservándola para el día de la elección, sabiendo que este sufragio podrá ser emitido en libertad… en la “secrecía” de la urna.

Si a estos temores añadimos las amenazas del crimen organizado, -que está incidiendo en la intención del voto en un número creciente de regiones del país-, ésta sería una nueva influencia en las encuestas. La desconfianza y el temor podrían estar manifestándose en las respuestas que los ciudadanos dan a los entrevistadores.

Por tanto, debemos alertar a quienes nos rodean para que eviten caer en la trampa de la “espiral del silencio”… no debemos dar un crédito absoluto a las encuestas, pues la elección se definirá el dos de junio en las urnas, y no antes.

PASOS EN LA AZOTEA

La declaración del presidente López Obrador victimizándose y supuestamente alertando al pueblo bueno respecto de un posible “golpe de estado técnico”, o sea jurídico, -ejecutado por las autoridades electorales, para arrebatarle el triunfo a su candidata-, en realidad es un intento de sedición, pues está deslegitimando desde ahorita la honorabilidad de las autoridades electorales; se está “curando en salud” y se está alebrestando a quienes forman parte del voto duro de MORENA. ¿Será que escucha pasos en la azotea?

LA NECESIDAD DE UN PACTO

Hoy es urgente que los tres candidatos presidenciales firmen públicamente, -ante notario-, un pacto de “honor”, comprometiéndose a respetar los resultados electorales fueren los que fueren, y pedir que lo firme como “testigo de honor” el presidente de la república.

Quien se niegue a firmarlo, ya estará poniendo en evidencia, -desde ahorita-, sus negras intenciones.

LA INTERNACIONAL SOCIALISTA

La Internacional Socialista es el organismo global que agrupa a los auténticos partidos de izquierda. Esta agrupación internacional hoy es presidida por Pedro Sánchez, -quien no sólo es el presidente de España-, sino un destacado político de izquierda y dirigente del PSOE, el Partido Socialista Obrero Español.

Esta respetada institución que agrupa a la izquierda “seria” en el mundo ya manifestó sus temores por los riesgos de que la democracia en México sea vulnerada por este gobierno, así como por los amagos contra la libertad de expresión.

La candidata presidencial de MORENA ya exigió al presidente español que se abstenga de opinar respecto de la política de nuestro país.

Sin embargo, ella olvida que él no opina a título personal ni como presidente de España, sino como portavoz de la Internacional Socialista.

También se le olvidan las reiteradas intervenciones del presidente López Obrador en las decisiones del pueblo peruano a partir de la destitución de su amigo Pedro Castillo, así como las críticas presidenciales por la llegada de Javier Milei a la presidencia de Argentina como resultado de una votación democrática.

Eso sí es peligroso, pues López Obrador lo hace como presidente de México y por ello compromete a nuestro país.