Desde que en 1981 surgieron los primeros casos de VIH, los científicos no han dejado de buscar la cura contra una enfermedad que sufren 40 millones de personas en el mundo. Hoy, Día Mundial del Sida, Nature publica tres nuevos estudios, tres caminos distintos para intentar curar a los pacientes.
El primero, liderado por la Universidad de California en San Francisco (UCSF), muestra que es posible controlar el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) sin tratamiento antiviral sino con una combinación de agentes de inmunoterapia experimentales.
Los fármacos permitieron a siete de cada diez participantes mantener niveles bajos del virus durante muchos meses después de suspender la terapia antirretroviral (TAR) que se usa desde la década de 1990 y que convirtió el sida en una enfermedad crónica (mientras se siga el tratamiento).
El ensayo -una colaboración entre casi una docena de farmacéuticas y otros socios en la investigación del VIH- es una prueba de concepto de que el enfoque podría funcionar. Y aunque el estudio fue pequeño y no incluyó un grupo de control, los autores consideran los resultados "extremadamente alentadores".
"Creo que finalmente estamos logrando avances reales hacia el desarrollo de una terapia que permita a las personas vivir una vida saludable sin necesidad de medicamentos de por vida", apunta Steven Deeks, coautor principal del estudio y profesor de Medicina en la UCSF.
El ensayo fue posible gracias a la colaboración de cinco años y 20 millones de dólares de la Fundación para la Investigación del SIDA (amfAR), y el apoyo de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).
El estudio se diseñó para evaluar si una triple combinación de inmunoterapias podía reprogramar el sistema inmunitario para controlar el virus tras suspender la TAR. La mayoría de los participantes habían comenzado la TAR poco después de contraer el VIH, lo que ayudó a preservar su respuesta inmunitaria.
Primero, los participantes recibieron una vacuna terapéutica para estimular a sus linfocitos T (una parte del sistema inmunitario que ataca a los virus) a atacar al VIH latente en sus cuerpos. Luego, recibieron un cóctel de anticuerpos para reducir la cantidad de VIH en el cuerpo. Finalmente, recibieron otra ronda de anticuerpos anti-VIH antes de suspender la TAR.
Cuando una persona con VIH deja de tomar los medicamentos, el virus comienza a rebotar en unas dos semanas y luego se dispara. En esta ocasión, solo tres de los diez pacientes experimentaron ese rápido rebote, uno no sufrió ningún rebote y seis mantuvieron niveles bajos del virus durante meses.
Los autores reconocen que el tratamiento tendría que simplificarse y demostrar su eficacia en estudios más amplios antes de poder reemplazar la terapia convencional, TAR.
Un segundo estudio, liderado por David Collins, del Instituto Ragon (centro mixto de Harvard y del MIT) ha identificado características similares de las células T en individuos que exhibieron control del virus en ensayos clínicos previamente reportados de intervenciones para inducir la remisión del VIH-1.
En este caso, también se trata de un estudio incipiente que necesita más desarrollo.
El tercer trabajo publicado en Nature sigue la estela de los trasplantes de células madre en pacientes con cáncer y VIH e informa de la remisión sostenida del sida en un varón alemán de 60 años, el séptimo caso reportado hasta la fecha con este método.
Los pacientes que inauguraron esta reducida lista de curados del VIH fueron Timothy Ray Brown, conocido como "el paciente de Berlín", en 2011, y un año después, Adam Castillejo, "el paciente de Londres". Ambos recibieron un trasplante de médula ósea de un donante con una rara mutación, llamada CCR5 DElta32, que, sin embargo, no ha funcionado en otros casos.
La mayoría de los seis pacientes anteriores se curaron después de recibir trasplantes de donantes homocigotos (tenían dos copias idénticas del gen) para una mutación en el gen CCR5 que se considera protectora frente al virus.
Ahora, Christian Gaebler, del Instituto de Salud y de la Universidad de Berlin, detalla el séptimo caso de remisión en un varón de 60 años con leucemia —llamado “segundo paciente de Berlín”— en el que el donante solo tenía una de las dos copias con la mutación, lo que sugiere que el grupo de donantes con el potencial de eliminar el VIH podría ser mayor de lo esperado.
Para Javier Martínez-Picado, miembro del consorcio IciStem, codirigido por el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa de Barcelona y por la University Medical Center Utrecht (Países Bajos), y responsable de varios casos de curación del VIH, este estudio es "un trabajo muy detallado y de calidad" que confirma los casos anteriormente publicados de remisión de la infección por el VIH-1 mediante el trasplante con células madre hematológicas de un donante.
Y aunque este tipo de intervención medica, no obstante, está reservada "exclusivamente" a personas con enfermedad hematológica grave, "se trabaja en estrategias alternativas", avanza en declaraciones a la plataforma de divulgación científica SMC.